—Don Esquimal, nunca pensé que te vería aquí —fingió Valerie no saber, aunque internamente estaba emocionada de haber alcanzado su objetivo.
—El mundo es pequeño, ¿no? —Don Esquimal estaba igual de emocionado de verla, mirando alrededor y sintiéndose genial ya que no había señal de Don Denzel. Este debía ser su día de suerte.
—Supongo. Entonces, ¿qué estás haciendo aquí exactamente? —preguntó Valerie mientras Tahir le susurraba en el oído.
—Deberías ser un poco coqueta si quieres alcanzar tu propósito. A Don Denzel no le importa .
Valerie asintió en acuerdo mientras Tahir se alejaba y Don Esquimal respondía:
—Soy el dueño del club.
—Interesante. No tenía idea —fingió sorpresa Valerie mientras Don Esquimal le preguntaba con curiosidad:
—¿Sabe Don Denzel que estás aquí? —El hombre al lado de Valerie no significaba nada para él ya que el único a quien temía era a Don Denzel.
Valerie sonrió de manera coqueta:
—No me importa si lo sabe. Ya no estamos juntos.