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—Tienes piernas. Simplemente ven al frente —gritó Valerie. El Alfa Denzel soltó una carcajada mientras el guerrero que había incitado caminaba de mala gana hacia el frente.
La mayoría de estos guerreros preferían estar al fondo, pero gracias a su Alfa, su posición cambió por primera vez. Curiosamente, no estaba avergonzado por la conducta de su Alfa. Después de todo, el Alfa Denzel siempre tramaba algo.
El Alfa Denzel soltó una carcajada y provocó a otro guerrero, diciéndole qué decir. Estaba poniendo a prueba a Valerie para ver cómo manejaría a guerreros tercos o irrespetuosos.
—Luna, estás tardando demasiado. Si no puedes hacerlo, Alessia o yo mismo podemos ayudarte —dijo.
El fastidio opacó los ojos de Valerie, y se mordió el labio inferior. Allí de pie, todos pensaban que no hacía nada, pero tenía que trabajar su cerebro antes de dar órdenes.