Narra Dante
Después del agrio episodio que tuve con el papá de Anya entré a mi casa y le conté a mi madre lo sucedido, al principio no podía creerlo, pero luego de que le describí la situación con lujo y detalle lo vio completamente creíble, aun así no dejó de sorprenderle que ese murciélago estuviera fingiendo.
Por ahora no debo preocuparme por ello, ya sabía que caerle bien a los padres de Anya iba a ser tarea difícil, pero no me esperaba que llegaran a rebajarse a un nivel tan bajo, sobre todo el padre de Anya, lo peor es que no le había dado ni un motivo válido para que me tratara así, tacharme de farsante colmó mi paciencia.
Bueno, ya veré qué hago con ese demente, por ahora quiero aprovechar de pasar tiempo con mis amigos y seguir dedicándome a mis estudios, en este momento me encuentro en la hora de almuerzo, con Anya, Taylor y Rosé, que se nos había unido.
Como era de esperarse no pude ocultarle el chisme a ninguna de ellas, sobre todo porque se complementaba con el chisme que la propia Anya nos traía.
—Vaya, así que por eso llegó hecho un demonio anoche —dijo Anya luego de haber contado la situación que pasé con su padre.
—¿Pero no estabas dormida? —preguntó Rosé—
—Lo estaba, hasta que llegó como un loco dando portazos y pegando gritos.
—Ya veo...lógico que te despertara.
—Si, lo peor que cuando mi mamá y yo le preguntamos por qué estaba actuando así no nos quiso decir nada, simplemente nos dijo que no nos meteríamos en sus asuntos.
—Vaya idiota —respondió Taylor— Lo siento, es tu padre, no debí...
—Descuida —la interrumpió Anya— En efecto lo es, imagínate cómo se le ocurrió ese ridículo plan con el único fin de dejar a Dante mal frente a mí o mi mamá.
—Y que pensó que de verdad le serviría.
—Eso es lo peor.
—Pero no entiendo ¿Acaso él pensó que nadie se enteraría de lo que pretendía? —preguntó confundida Rosé.
—Que te digo, supongo que no lo pensó muy bien, conociendo a mi padre es muy típico de él.
—Entiendo...el lado bueno es que por lo que dices Dante le cayó bien a tu madre al menos.
—Obvio, él y su madre.
—Obvio también —complementó Taylor.
—¿Y qué te dijo tu madre luego de la escena que hizo tu padre anoche? —le pregunté a Anya.
—No mucho, solamente se limitó a decirme que no me preocupara, que ella se la había pasado bien con tu madre y contigo y que la rabieta de mi padre se le iba a pasar tarde o temprano.
—Pues eso espero, no quisiera tener que seguir lidiando con eso más tiempo.
—Tranquilo, no es como que fuera a matarte —dijo mientras ponía su mano en mi hombro.
—Eso no me preocupa, lo que no quiero es que se vaya a desquitar contigo o con tu madre los berrinches que le vayan a dar.
—No pasará eso, y si pasa yo te aviso ¿Sí? —dijo mientras me veía a los ojos y me sonreía.
—Está bien, tu sonrisa y tus bellos ojos me convencieron.
—Awww jejeje —un leve sonrojo se formó en sus mejillas mientras reía.
Si algo me mantenía tranquilo respecto a este tema era el apoyo de Anya, un peor escenario sería si le cayera bien a sus padres y por el contrario ella no gustara de mí o algo por el estilo, eso sí que sería completamente inútil.
—Bueno, pues de verdad espero que resuelvan ese problema con tu padre.
—Gracias Rosé —agradeció Anya— Por cierto ¿Cómo te ha ido a ti? Es un milagro que decidieras acompañarnos hoy.
—L-Lo siento, es que no suelo salir del salón en la hora del almuerzo.
—¿Y eso?
—Es que no hablo con nadie de mi sección.
—Dime que al menos no te hacen bullying o algo por el estilo.
—N-No, para nada, simplemente no he tenido la confianza que si he tenido con ustedes.
—Awww tan linda, pero perfectamente puedes reunirte con nosotros cuando quieras.
—¿E-En serio? —dijo la loba mientras nos veía con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro.
—Claro pequeña —apoyó Taylor— Te lo he dicho cientos de veces, no quiero que te quedes solita en el salón y no disfrutes del panorama, o siquiera que tomes un poco de aire fresco.
—G-Gracias chicos, lo aprecio bastante.
—Y bueno, ya que aceptaste unirte a nosotros más seguido pienso que deberíamos ir al cine después de clase todos juntos.
—Eso sería genial la verdad, pero no creo que le den permiso a Anya.
—Da igual Dante, si mi papá se pone a rezongar tengo a mi mamá que nos puede apoyar, de todas formas ella está mucho más abierta y seguro se pondrá de mi lado de ahora en adelante.
—Bueno, si tú lo dices amor, por mí está bien.
—¡Excelente! Entonces quedamos de ir al cine hoy después de clases.
—Espera ¿Pero a qué cine iremos?
—Hay un cine llamado Cine Majestic, está muy cerca del instituto, a unos 20 minutos caminando.
—Bueno, no está tan cerca pero tampoco tan lejos supongo.
—Vamos Dante, un poco de ejercicio no te vendría mal.
—¿Acaso dices que tengo un mal estado físico?
—No, yo sería incapaz de decirte eso —dijo sarcásticamente mientras volteaba su mirada a otro lado y meneaba su cola.
—No la escuches cariño, para mí tú estás más que perfecto.
—Gracias mi amor —abracé a Anya y le di un pequeño beso en la mejilla.
—Awww s-se ven muy lindos juntos —comentó Rosé.
—Les he dicho que me avisen ahhhhh vamos Rosé, dejemos a los tórtolos solos.
—Ah vamos, no te pongas así, además a Rosé no le molesta.
—Da igual, me la llevo —dijo Taylor mientras se ponía de pie y tomaba a Rosé del brazo para irse y dejarnos a Anya y a mí solos. Si que le incomodaban las muestras de afecto público a esta niña.
...
Las clases habían terminado, Anya, Taylor y yo nos habíamos reunido afuera del instituto para poder dirigirnos juntos al cine, nos quedamos unos minutos esperando a Rosé para que pudiera unírsenos, una vez todos estábamos reunidos nos dirigimos a ese cine.
Taylor era la que nos guiaba ya que ella era la única que conocía el cine y que había ido a ver una película ahí. En lo personal me gusta mucho ver películas, disfruto una buena película, en especial si tengo la compañía de personas que quiero y estimo, eso solo hace que la experiencia sea mucho mejor.
Luego de unos 20 minutos aproximadamente de caminata llegamos al susodicho cine, y la verdad se veía bastante bien, era un cine moderno pero que conservaba cierta estética a cine clásico que me llamaba muchísimo la atención.
Ya estando ahí nos pusimos a elegir una película para ver, la oferta era bastante amplia, había películas de diferentes géneros, así que solo era cuestión de ponernos de acuerdo y elegir una que todos pudiéramos disfrutar.
—Mmmm...¿Qué tal esa? —señalo el póster de una de las películas que estaban en cartelera.
—¿Esa?...Nah, no me gustan ese tipo de películas.
—¿Bromeas? Las pelis sobre mafias son un clásico.
—A mí me aburren.
—No me jodas Taylor ¿Cómo te pueden aburrir esas pelis?
—No sé Dante, son pelis muy largas, la historia se vuelve demasiado confusa y difícil de seguir en algunas partes y el acento que ponen hace que no se les entienda mucho qué están diciendo.
—Pufffff, bueno, para gustos colores supongo.
—¿Qué me dices de esa? —Taylor señaló la película junto a la peli de mafiosos que recomendé.
—No lo sé...los musicales no son lo mío.
—Vamos, la mayoría son bastante divertidos.
—A mí se me hacen un poco meh, son contados los musicales que si me gustan, pero este no me termina de convencer.
—Rayos, para mí es bastante bueno. ¿Y qué dicen ustedes chicas? ¿Alguna peli que tengan en mente? —preguntó Taylor a Anya y Rosé.
—Mmmm...todavía no me decido...hay muchas opciones que me gustan...¿Qué tal una peli de terror?
—¿Segura? ¿Una de terror?
—No me digas que te asustan las pelis de terror, Taylor.
—Dah, obvio que si, por algo son "de terror", si fueran comedias darían risa.
—No todas las pelis de terror dan miedo y no todas las comedias dan risa, deberías saberlo.
—Bueno, entiendo tu punto. Pero no sé ¿Tú que piensas, Rosé?
—U-Una película de terror me parece bien —respondió Rosé.
—Bueno, pues una peli de terror será, iré por las entradas.
—Espera ¿Adónde vas?
—Pues a comprar las entradas.
—¿Comprarás todas las entradas? —preguntó Taylor un poco confundida.
—Pues sí, no tengo problema.
—Bueno...gracias Dante...
—Ya sabes, ahora vuelvo chicas.
Fui a la taquilla a hacer fila para poder comprar las entradas para ver la película que habíamos elegido. Pasados unos cuantos minutos pasé con la empleada del cine que estaba en la taquilla y compré las 4 entradas para la película, una vez teniendo las entradas volví con las chicas.
—Listo, aquí tengo las entradas —extendí las entradas para que cada una tomara la suya.
—Gracias Dante —dijeron las 3 al unísono.
—Oigan, se me había olvidado ¿No quieren palomitas o algo para beber mientras vemos la película?
—Tranquilo, lo tenemos cubierto —respondió Anya.
—¿Cómo?
—Fuimos a una tienda cercana a comprar botanas y refrescos mientras tu hacías fila.
—Pero si aquí venden en el cine.
—No seas ingenuo, Dante —replicó Taylor— Con lo que gastamos en la tienda no nos alcanza ni para un par de botellas de agua en este cine.
—Supongo que tienes razón, pero ¿Cómo pasarán las cosas sin que el guardia las registre?
—¿Bromeas? Somos chicas, se atreve a ver nuestros bolsos armamos tal escándalo que ese guardia estará de patitas en la calle en cuestión de segundos.
—Jajaja son las mejores.
—Vamos, andando, la película casi empieza —dijo Anya.
Ya estando todos listos nos dirigimos a la fila para pasar a las salas donde proyectan las pelis, como Taylor dijo el guardia ni las registró, solo selló sus entradas y las dejó pasar, conmigo en cambio me hizo abrir mi mochila para ver que no tenía nada, una vez lo comprobó me dejó pasar.
La película que veríamos sería proyectada en la Sala 4, entramos en dicha sala y empezamos a buscar nuestros asientos.
—A ver, yo tengo el asiento L2.
—Yo el asiento L3.
—Perfecto Anya, quedaremos juntos tú y yo.
—Excelente —dijo para abrazarme— ¿Qué asientos tienen ustedes chicas?
—Yo tengo el K7 —respondió Taylor.
—Y yo tengo el K8 —respondió de la misma forma Rosé.
—Pues muy bien, quedaron juntas al menos.
—Así es, vamos Rosé, busquemos nuestros asientos.
—C-Claro, yo te sigo.
Taylor y Rosé se fueron a la fila K para sentarse en sus respectivos asientos, Anya y yo hicimos lo mismo pero en la fila L, una vez estábamos correctamente ubicados esperamos a que la película iniciara.
Luego de los anuncios protocolarios y los tráilers que rara vez alguien los ve o les presta atención la película por fin comenzó. A grandes rasgos la película era de terror psicológico, trataba de un tipo que padecía de una fuerte paranoia constante, todo le asustaba en exceso y vivía con la permanente sensación de estar en peligro.
Como la peli era desde su punto de vista cada escena era bastante bizarra, en una creía que la gente en la calle quería matarlo, luego en otra creía que la gente invadiría su casa y se robaría todas sus cosas, un delirio absoluto.
Siendo honesto más que asustarme me perturbó un poco la peli, no paraba de pensar en el actor teniendo que hacer estas escenas, el empeño que tuvo que poner para hacer estas cosas. Anya, en cambio, sí que estaba un poco más asustada, la escena en la que una tipa de la nada empieza a beberse la pintura de un frasco que tenía a la mano mientras el protagonista le suplica que deje de hacerlo fue la que más la angustió, provocando que me abrazara y se pegara por completo a mi cuerpo durante el resto de la película.
Me sentía preocupado por verla tan asustada pero también me daba ternura, me limité a acariciar su cabello con mi mano lo que hizo que se relajara bastante, una vez se le calmaron los nervios me miró a los ojos y luego recostó su cabeza en mi hombro.
Tener a Anya tan cerca de mí sin duda era una de las mejores sensaciones que podía experimentar, aproveché y tomé una de sus manos para empezar a acariciarla, sentí como ella dio un pequeño saltito para después volver a recostarse en mi hombro.
Cuando la peli estaba a punto de terminar pude sentir como ella me miraba, así que instintivamente yo hice lo mismo.
—¿Pasa algo, Anya?
—N-Nada en especial...solo quería darte las gracias.
—¿Por qué?
—Por ser el mejor chico que he conocido en mi vida.
—Awww mi amor, yo debo darte las gracias a ti por ser la chica más linda y dulce del mundo.
—Imposible no ser dulce contigo, con lo bien que me tratas y cómo te preocupas por mí, nunca nadie me había tratado así.
—Pues ya no tienes de que preocuparte, porque siempre estaré para ti mi pequeña murciélago.
—Jejeje me gusta que me digas así.
Y así permanecimos hasta que la peli terminó, cerca el uno del otro, me pregunto cómo le habrá ido a las chicas.