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El cuerpo entero de Lin Nuannuan temblaba, sus dientes castañeteaban.
El personal de rescate ayudó a Lin Nuannuan a subir a la camilla y la llevaron al helicóptero, dándole una manta para que se envolviera y se mantuviera cálida.
En ese momento, el piloto habló por el walkie-talkie: "Hemos encontrado a Lin Nuannuan y ahora la estamos llevando de vuelta a tierra".
El otro personal de rescate comenzó a reunirse.
Lin Nuannuan había vuelto a la costa.
No a esa pequeña isla.
Sino al puerto del que habían salido.
El helicóptero aterrizó en un área plana, y desde la distancia, ella vio a Zeng Zhen con los ojos rojos esperando por ella.
Cuando el helicóptero aterrizó, Zeng Zhen corrió apresuradamente.
Se precipitó al helicóptero y tomó a Lin Nuannuan en sus brazos: "Nuannuan, ¿estás bien? ¿Estás bien? ¿Te asustaste? No te asustes, no te asustes, no habrá más accidentes, no dejaré que nada te pase de nuevo".
Zeng Zhen no paraba de hablar.
Su voz rápida y ansiosa.