Al mirar la pantalla, Fu Shiyan y Bai Zhi estaban sentados en el centro, rodeados de muchos reporteros.
Los flashes no dejaban de destellar en sus rostros.
Fu Shiyan se mantuvo calmado y estable, sin diferencias respecto a su comportamiento usual.
El estado de Bai Zhi era claramente mucho peor.
Sus mejillas estaban pálidas, y sus ojos rojos e hinchados.
Era como si hubiera estado llorando toda la noche.
Después de unas breves palabras de introducción del anfitrión, Fu Shiyan habló con voz serena:
—Agradezco mucho a todos los reporteros que han tomado el tiempo para asistir a la conferencia de prensa del Grupo Fu y la Joyería Fulan. No diré más, pero con respecto al asunto del banquete de la Joyería Fulan de anoche, responderé directa y abiertamente.