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—Si realmente insistes en esto —Fu Shiyan miró a Bai Zhi—, no tengo otra opción.
—¿Así que puedes quedarte de brazos cruzados y verme morir? —Bai Zhi le preguntó directamente a Fu Shiyan.
—Si el precio para que tú no mueras es mi divorcio de Shen Feiwan, entonces sí, estoy impotente.
—¿Así es como cuidas de mí? ¿Esta es la responsabilidad que prometiste asumir? —Bai Zhi le cuestionó en voz alta, con las emociones a flor de piel.
—Bai Zhi, prometí a tu hermano cuidarte por afecto, no cumplir la promesa sería mi obligación.
—¡Pero mi hermano murió por ti! Si no hubiera sido por él en aquel entonces, tú serías el muerto —dijo Bai Zhi duramente.
No importaba qué, en este punto, incluso el chantaje moral valía.
Siempre y cuando pudiera tener a Fu Shiyan de vuelta a su lado, estaba dispuesta a llegar a extremos.
Fu Shiyan miró a Bai Zhi.
Mirando sus ojos frenéticos y llenos de lágrimas y su completo desastre de ser.
Nunca había visto a Bai Zhi así.
Sin embargo,