—Eres tú otra vez. ¡Hoy no necesitas irte!
Los ojos de Lu Ming estaban fríos y llenos de intención de matar mientras miraba al hombre calvo.
Era un buen momento para saldar cuentas pendientes.
—Mocoso, no creas que puedes matarme solo porque has tenido un avance en tu cultivación.
La cara del hombre calvo se oscureció.
—¡Matar!
Lu Ming no podía molestarse en perder el aliento con él. El linaje de los nueve Dragones emergió y Lu Ming realizó de inmediato la fusión de sangre para transformarse en Nue Veces Dragón. Al mismo tiempo, las seis corrientes de energía del dragón en su cuerpo estallaron.
Un poder aterrador surgió en el cuerpo de Lu Ming. Con el paso de los nueve Dragones y el concepto de cinco colores girando a su alrededor, arañó al hombre calvo con sus nueve garras.
—¡Si la!
La Garra de Dragón golpeó, y el espacio se desgarró como un trozo de papel, apareciendo grietas.
—¿Es tan aterrador?
El hombre calvo estaba impactado.