—Toc, toc, toc.
—¿Hmm?
Una mueca de desagrado apareció en el rostro de Riona al escuchar una llamada a la puerta.
—Adelante —ordenó.
Un sirviente entró en su habitación y se inclinó,
—Lady Riona, ha sido convocada.
Al escuchar esas palabras, el rostro de Riona se volvió serio.
No muchas personas podían 'convocarla' en el Palacio Real.
De hecho, nadie excepto un solo hombre tenía ese poder.
Incluso el Rey del Reino de Skadi solo puede llamarla, ir o no todavía dependía de ella.
Sin embargo, si era 'convocada', no podía rechazarla.
Especialmente porque la persona que la convocaba era el hombre más fuerte en el Reino de Skadi.
Riona asintió.
El sirviente se inclinó y se retiró.
Riona se preparó rápidamente y salió.
Luego, entró en la habitación de Amletus y llamó a la puerta.
—Adelante —escuchó una voz y entró.
Allí, vio a un hombre cuyos rasgos coincidían con los suyos, cabello negro, ojos negros, vestía ropas blancas doradas y un aura asfixiante lo rodeaba.