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Un nítido sonido de roce resonó en el pasillo.
Barriendo con una escoba en mano, Alice estaba limpiando el Cuartel General del Conquistador del Mundo como de costumbre mientras charlaba con Huberto, quien estaba al otro lado de la pared.
Desde que fue adoptada en el grupo de Ren, esta había sido su rutina diaria.
—Parece que hoy tampoco hay muchos jugadores, ¿eh? —preguntó Alice mientras barría el suelo.
—Ya llegarán —respondió Huberto, con la vista en el trinket que tenía en la mano. Estaba desarrollando un nuevo fallo, pero parecía que le faltaban algunos componentes.
—Este bosque es como un laberinto sin fin. No es de extrañar que esté desierto.
—Solo se necesita que un jugador llegue a este lugar para que muchos lo sigan. Para entonces, te cansarás de ver jugadores —Huberto lanzó brevemente una mirada a Alice—. Muchos jugadores estarán aquí pronto —eso es seguro. Pero la pregunta es... ¿estás segura de que estás lista para defender tu base cuando llegue ese momento?