—¿Emma? —murmuró Klaus, sorprendido de verla allí.
Ella sonrió, con una sonrisa que tenía mezclas de nostalgia y amistad. —Eae, Klaus. Ha pasado un tiempo, ¿no? Pensé que podrías usar un poco de apoyo, aunque todo el gimnasio esté apoyándote.
Klaus frunció el ceño un poco, pero asintió agradecido. —Es bueno verte.
Emma levantó la cabeza, echó el cabello hacia atrás y cruzó los brazos. —Yo digo lo mismo... —dijo, sonriendo con la boca cerrada y mirándolos con sus radiantes ojos azules—. Vi lo que pasó. Tú y Ethan parecen estar compitiendo en serio —suspiró.
Él suspiró. —Tengo que admitir, sabe cómo provocar.
—No dejes que eso te desanime. Por lo que he visto, eres un arquero increíble, Klaus, y sabes que tienes lo que se necesita para ganar.
Klaus la miró, conmovido por sus palabras. —Gracias, Emma. Yo... discúlpame...
Ella se rió suavemente, interrumpiéndolo. —No digas nada ahora. Ahora, necesito contarte sobre el próximo desafío, hay algunas cosas que necesitas saber.