Capítulo 8: EXP y Familia
Un jugador en Rise Online tiene tres maneras de ganar EXP y subir de nivel.
El primer método, y el más fácil de entender, es matando a un monstruo, PNJ o a otro jugador. Una vez completado, cada asesinato en el mundo recompensa al jugador con una cierta cantidad de experiencia. Dicha cantidad puede ser diferente de acuerdo al nivel, lo que significa que mientras más fuerte sea tu presa, más EXP soltará.
El segundo método es completando las misiones adquiridas. De las tres maneras de subir de nivel, esta es la única que no disminuye la cantidad de EXP con el tiempo. Sin embargo, la cantidad de EXP varía enormemente de misiones más fáciles a misiones más difíciles.
Finalmente, la tercera manera de obtener EXP es la más fácil. Cuando el jugador realiza cualquier tarea, Rise Online lo recompensará con pequeñas cantidades de EXP. Estas tareas pueden variar desde hornear pan, cocinar comida o incluso acertar un golpe con éxito. La cantidad de EXP proporcionada por las tareas es pequeña y disminuye gradualmente a medida que el jugador realiza la misma tarea.
Este último método permitió que Klaus Park evolucionara tres niveles mientras luchaba contra Elfire Waylan. Normalmente tomaba dos o tres días completos salir de esta etapa inicial.
La verdad es que la situación en la que Klaus se impuso fue lo que le permitió cortar ese camino. Dentro de los pueblos, no se permiten batallas a menos que sean duelos entre jugadores, y los duelos entre jugadores no dan EXP, pero los duelos entre jugadores y PNJs sí dan EXP, y Klaus Park no solo estaba luchando contra un PNJ, estaba luchando contra un PNJ de un nivel mucho más alto que él en una Misión de Historia, dándole más EXP de lo que recibiría en un día entero.
Sin embargo, como Klaus Park era un novato, no estaba demasiado asustado por su hazaña, ni por el hecho de que terminó el día con dos niveles negativos. Para él, estas cosas podrían ser normales que ocurrieran.
Después de caer de rodillas en la plaza tras ver la Clase que recibió, Klaus se dio cuenta de que se estaba haciendo tarde y, como su día había sido largo, decidió que era hora de irse a la cama y se desconectó.
Mientras se dormía en su habitación parcialmente oscurecida, iluminada solo por el cable que conectaba el NeuroEquipo al ordenador, Klaus se preguntaba si debería crear otra cuenta y empezar de cero. Por supuesto, no tenía dinero para comprar otra cuenta, por lo que tendría que pedir un reembolso. Al final, con los párpados fuertes y pesados, Klaus decidió que lo pensaría mejor al día siguiente.
Al día siguiente, Klaus Park se despertó temprano, alrededor de las ocho de la mañana, y antes de hacer cualquier otra cosa, hizo su sesión de calistenia de 20 minutos con la barra de hierro en la puerta de su armario. Luego se tomó una ducha caliente, se vistió con ropa cálida para salir al frío y bajó al primer piso de su humilde hogar.
En la cocina, Klaus encontró a Chun y Ard Park, su madre y su hermano menor, respectivamente.
Chun Park era una mejor de 50 años que parecía mucho más joven que la mayoría de las mujeres de su edad. Su piel era brillantemente blanca, sus ojos pequeños, y su hermoso cabello negro era largo.
—¡Buenos días! —Chun saludó a Klaus al verlo.
—¡Buenos días bro! —Ard Park se levantó inmediatamente de su silla y corrió hacia su hermano mayor.
Ard Park tenía siete años, era pequeño y tenía un rostro muy similar al de Klaus, con cabello y ojos negros, pero la cara de Ard tenía la diferencia de ser un poco más redonda y sus ojos un poco más grandes.
—Buenos días —respondió Klaus Park, todavía un poco adormilado por haberse acostado tan tarde, y agarró a Ard por la cabeza con una mano cuando el niño estaba a punto de abrazarlo—. Ni lo pienses, hoy tampoco te llevaré.
En el aire, Ard Park cruzó los brazos e infló las mejillas.
—¿Por qué no me vas a llevar? ¡Quiero ver al Hermano Rhyzer también! —exclamó.
Su madre sonrió después de tomar el último sorbo de café de su taza, se levantó y se inclinó para estar a la altura de su hijo menor.
—Ard, ya te hemos explicado que el hospital no es un lugar agradable para los niños. Tu hermano te llevó la semana pasada y yo te llevé a mediados de esta semana, dejemos que Klaus tenga algo de tiempo a solas con Rhyzer por hoy —dijo Chun Park, y Klaus pronto soltó la cabeza del niño.
—Está bien... —Ard hizo un puchero triste con la boca y volvió a su asiento en la mesa.
—¿El papá no está en casa? —preguntó Klaus a Chun a continuación.
—No, él también fue a trabajar hoy, dijo que se quedará tarde para ganar horas extra —su madre respondió, pasándose un mechón de cabello detrás de la oreja derecha.
—Bueno, entonces me voy para el hospital.
Dado que el departamento de la compañía de seguros donde trabajaba Klaus solo estaba abierto de lunes a viernes, él solía aprovechar el sábado libre para visitar a Rhyzer Park en el hospital.
—Espera un minuto, señor Klaus, ¿no te estás olvidando de decirme algo? —preguntó Chun.
Klaus Park miró a la mujer, sin entender a qué se refería, y luego recordó lo que había sucedido la noche anterior.
—¿Quieres saber cómo fue la cita de ayer con la hija de tu amiga? Hmm... ella era molesta, así que la dejé.
—¿¡Qué!? ¿Al menos le diste una oportunidad? Klaus, ella es simplemente la mujer más hermosa de la ciudad. ¿Cómo pudiste rechazarla? —La expresión de Chun cambió en solo un segundo de dulce y tranquila a furiosa. Chun ya estaba subiéndose las mangas de la cazadora, lista para golpear a Klaus si él daba una respuesta superficial.
—¡Me voy! —Klaus Park salió antes de dar alguna respuesta, lo que hizo reír mucho a Ard Park.
Chun inmediatamente miró con enojo al niño de la mesa, lo cual no afectó a Ard.
—¡Jajaja! Mamá, ¿por qué tú y tu hermano siempre pelean después de las citas que le consigues? ¿No has aprendido que a él no le gusta que le presiones con esta cosa del matrimonio? —Ard preguntó y metió la cucharada de cereal en su boca.
Chun Park se quedó sin respuesta para la pregunta de su hijo menor. Entendía que a Klaus no le gustaba que su madre le arreglara citas cada mes, pero Chun temía que Klaus se quedara atrapado en su obsesión por pagar todas las deudas de la familia y olvidara vivir su propia vida; después de todo, Klaus tenía 21 años y nunca había llevado una novia a casa.
—¡Oh! Mamá, casi se me olvida decirte. Anoche el hermano me pidió el videojuego. ¿Puedes quitárselo más tarde, por favor? —Ard reveló, haciendo que las cejas de Chun se elevaran y una leve sonrisa apareciera en su rostro.
Más que nadie, Chun Park sabía cuánto había sufrido Klaus desde el accidente de Rhyzer, moviéndose por todo tipo de empleos que odiaba, abandonando su prometedora carrera profesional y siendo el único de su clase de secundaria que no fue a la universidad, por lo que la posibilidad de que Klaus al menos hubiera vuelto a jugar videojuegos la hizo sentir un poco esperanzada.
...
Editado por: DrHitsuji
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