Rudra se encontraba ocioso sobre las enormes murallas construidas por el clan de Aurelio alrededor de su disco, mientras observaba con gran interés la batalla que se desarrollaba entre los enanos y las fuerzas del soberano Kane.
Le impresionaron las máquinas desplegadas por los enanos en este combate, siempre había creído que debía haber alguna manera en que los jets de combate desplegados por los humanos en la tierra pudieran ser remodelados en una forma más resistente para el combate en Sigma, pero tal construcción que cumpliera con los requisitos de armadura solía ser muy voluminosa y poco maniobrable.
Los jets de combate terrestres, aunque rápidos, podían ser destruidos con relativa facilidad.
En un mundo donde existían caballos voladores que podían volar al doble de la velocidad del sonido y bestias colosales como dragones, su practicidad era limitada si ni siquiera podían resistir daños menores en sus alas y otras estructuras.