—Así que, ¿te importaría decirme a dónde vamos esta vez o prefieres empujarme de nuevo hacia un sol ardiente? —dijo Max después de pasar aproximadamente 24 horas dentro de la burbuja espacial en silencio.
El rincón del universo al que Angakok lo llevaba esta vez, seguro que tomaba mucho más tiempo del habitual.
—Ho-, qué gracioso —dijo Angakok mientras soltaba apenas un ápice de su aura haciendo que Max se sintiera sofocado y presionado, su cuerpo entero empapado en sudor en cuestión de segundos.
—Estoy de acuerdo, el viaje de la última vez ciertamente estuvo fuera de mis expectativas, pero si crees que eso te da derecho a hablarme en ese tono, muchacho, déjame recordarte que puedo matarte con un chasquido de mi meñique. Así que elige tus próximas palabras con cuidado, porque podrían ser las últimas —dijo Angakok mientras le recordaba a Max las dinámicas de poder dentro de esta burbuja espacial.