```
Angakok observaba pacientemente mientras veía a Max devorar la sangre de un fénix.
Después de vivir más de 5000 años, Angakok raramente se emocionaba o sorprendía por algo, pero hoy era uno de esos días en que sentía su corazón latiendo un poco más rápido de lo usual.
Como un dios de nivel 6, tuvo la oportunidad de luchar contra un Fénix Nirvana una vez y aún recordaba las marcas de quemaduras dejadas sobre su cuerpo, ya que sufrió bajo los ataques de la bestia solo por intentar conseguir una sola pluma de su espalda.
Había mejorado mucho en fuerza desde entonces y aquella experiencia era solo un recuerdo lejano del pasado, pero incluso hasta hoy estaba vivamente impreso en su cerebro lo que le permitía apreciar candidamente la hazaña que Max había logrado hoy.