—Haah... —Tras haber luchado contra sus oponentes cuatro veces seguidas, no había duda de que Valyr se sentía algo exhausto.
A pesar de que la pausa que le daba la voz monótona entre cada pelea le ayudaba mucho físicamente, no podía decirse lo mismo mentalmente.
—En serio espero tener una pelea de forja tarde o temprano —murmuró el joven para sí mismo, con los recuerdos de su lucha contra Amauris y los demás emergiendo en su mente.
En todos los aspectos, Valyr debería haber perdido contra sus oponentes desde el principio.
Ya fuera por la loca magia de luz que tenía Amauris, el control de gravedad y fuerza de Mariella, o la habilidad de conjurar materia como Mikael, esas cosas eran definitivamente algo casi imposible de vencer.
Sin embargo, contra todo pronóstico, había encontrado la manera de hacerlo.