Mientras todos tenían días normales, ya sea entrenando, aprendiendo cosas nuevas o incluso emborrachándose a más no poder, tres personas estaban teniendo un día terrible.
Alexander, Kary, desmayada en el suelo, y David, estaban luchando una batalla a vida o muerte. Ya fuese la de ellos o la de las personas sobre ellos, en las calles de Montreal, la vida pendía de un hilo.
La pelea había estado yendo a toda máquina desde que Genie se unió al combate, y parecían en buena postura para ganar. Pero tanto Alex como David tenían un mal presentimiento.
Hasta ahora, tanto dentro de Nuevo Edén como fuera de él, no mucho había salido según lo planeado. Y ambos tenían el presentimiento de que esto estaba a punto de convertirse en lo mismo.