Entonces, todos fueron teletransportados a una ubicación completamente diferente, que Aiden claramente nunca había visto antes.
Al echar un vistazo rápido a su alrededor, parecía que estaban fuera del territorio, ya que Aiden podía ver las murallas de piedra que lo rodeaban por todas partes.
«¿De qué tendrán miedo, siquiera?», pensó Aiden, al ver esas murallas.
En su mente, no tenía sentido que la ciudad tuviera algo con qué defenderse, ya que no había monstruos que pudieran atacarlos potencialmente. Los monstruos estaban todos en Otromundo y aun allí eran raros.
Luego, dejó de mirar el Territorio de Ravenwood cuando giró la cabeza hacia su derecha y vio un vehículo que no se parecía a nada que él hubiera visto antes en su vida.
No era solo un vehículo extraño, bueno, sí lo era, pero tenía una forma completamente diferente que Aiden nunca había visto antes.