Aiden estaba ahora en la Arena enfrentándose a otro ser humano. No sabía nada de él, pero una cosa era segura, ganaría esta pelea.
Aiden quería asegurarse de demostrar su supremacía a los demás.
Habilidades, técnicas, nada de eso importaría en este combate, se aseguraría de que ganaría sin que el oponente pudiera utilizar ninguna de esas.
Quería demostrarle a la familia Nightshade que habían cometido un error, incluso si no sabían que era él quien estaba participando.
Aiden no sabía por qué quería demostrarlo en tal grado, pero aún así siguió adelante, ya que no podía molestarse en conocer la razón.
Solo una cosa estaba en su mente, aniquilar a la persona que tenía delante.
Provocarle una sensación de impotencia, quería hacer que la persona delante de él sintiera lo mismo que él había sentido hace dos minutos y hace un mes.
Quería que otros sufrieran, ya no podía ser el único en sufrir.