La mañana siguiente, a medida que el sol se levantaba, el pueblo comenzó a moverse con actividad. Las tropas del Fénix furioso se estaban preparando para la batalla venidera. Había un sentido de determinación y emoción en el aire mientras los soldados se preparaban para lo que estaba por venir.
Rain ya les había explicado el plan de batalla, por lo que sabían qué esperar y qué se esperaba de ellos. No estaban ansiosos o asustados, ya que tenían plena confianza en la capacidad de Rain para liderarlos. Confiaban en sus estrategias y estaban listos para seguir su liderazgo.
Las tropas estaban todas equipadas, su armadura y armas brillaban bajo la luz de la mañana temprano. Venían de diferentes orígenes, pero en ese momento, eran una fuerza unificada unida por un objetivo común y su confianza en su comandante.