El grupo observó que, aunque las cláusulas de la tregua habían mejorado, las intenciones subyacentes del consejo no estaban del todo veladas. En particular, las últimas dos cláusulas suscitaron algunas preocupaciones. La duodécima cláusula, que trataba sobre las consecuencias de romper la tregua, permanecía algo incierta, dejando preguntas sobre la severidad de los posibles castigos.
En cuanto a la undécima cláusula, estaba cristalina. El consejo parecía ansioso por tener la opción de solicitar la ayuda de Rain, probablemente debido a sus habilidades únicas. Si surgía la necesidad de un pequeño equipo, los humanos podrían responder rápidamente, ya que no necesitaría un esfuerzo a gran escala. Esta cláusula insinuaba cierta dependencia de los poderes de Rain, lo cual al grupo le resultaba algo inquietante.