Un escalofrío recorría la espina dorsal de Raze cada vez que pensaba en aquel momento. La mano fría que tocó su rostro parecía una ilusión, pero basado en la sangre que dejó detrás como algún tipo de marca sucia, estaba bastante claro que no lo era.
«¿Pero por qué esa cosa incluso pensaría en salvarme? ¿Y qué quiso decir con que no podía protegerme? ¿Fue por la bala?», pensaba Raze.
No podía reflexionar sobre el asunto por mucho tiempo porque Himmy esperaba una respuesta, y cuanto más tardara, más sospechoso se volvería.
—No soy débil, ya sabes —finalmente respondió Raze—. Y al mismo tiempo, no es como si hubiera salido de la situación sin daños. Fui herido dos veces; si hubiera sido más lento, entonces no estaría hablando en este momento.
—Me gustaría que siga siendo así, así que sería bueno si me explicaras por qué alguien vino e intentó matarme.