Wyntor llamó a la puerta, pero no esperó ni a que le respondieran y entró de todos modos.
Nick tomó una respiración profunda y siguió a Wyntor.
—Ah, Wyntor, me alegra que estés aquí.
Nick escuchó la voz de un adulto relativamente joven, lo cual lo sorprendió.
La voz sonaba como la de alguien entre los 20 a 35 años.
¿No era este el padre de Wyntor?
Un momento después, Nick vio a un hombre sentado detrás de un escritorio.
El hombre tenía cabello rubio y parecía estar a finales de sus veinte.
Nick no se sentía atraído por hombres, pero aún así podía notar que probablemente este era el hombre más hermoso de la ciudad.
Tenía la piel perfectamente blanca y suave, y su cabello era grueso y voluminoso. Casi parecía que los mechones de su pelo no se adherían entre sí sino que colgaban individualmente de su cabeza.
Se veía atlético, pero su constitución se inclinaba más hacia la resistencia y velocidad que hacia la pura fuerza.