Dekai verdaderamente merecía el título que le habían dado. Solo unos pocos segundos de batalla con el anciano habían dejado a Atticus absolutamente agotado.
—No tengo fuerzas para una batalla prolongada. Tengo que terminarla con mi siguiente movimiento —Atticus decidió internamente, formándose un esfuerzo de último recurso en su cabeza.
Podría resultar inútil, o podría ser su boleto para salir del santuario de fuego. Sin embargo, Atticus estaba dispuesto a asumir ese riesgo.
Atticus envió olas de instrucciones, su construcción se enderezaba forzosamente.
Dekai sonrió al ver esto, una sutil emoción hirviendo en su interior. —¿Qué me mostrarás?
Joana, Duran y los demás parecían llegar a la conclusión de que este siguiente movimiento sería el fin de la batalla, cada uno de ellos observando la figura cansada de Atticus.
Atticus calmó su corazón acelerado y su mirada se volvió firme. Como un cohete, su construcción se lanzó hacia la construcción de Dekai con velocidad.