—En este momento, el área alrededor de ellos era una ruina completa, la plataforma negra, cuya dureza era de otro mundo, no se veía por ningún lado.
—Magnus y Aezard miraban hacia abajo la batalla que se desplegaba, cada uno con pequeñas sonrisas en sus rostros, pero obviamente por diferentes razones.
—Para Magnus, esto era exactamente lo que quería: una batalla tan intensa que empujaría a Atticus hasta sus límites máximos.
—Nunca podría ser lo mismo que cuando él luchaba contra Atticus. Magnus era demasiado poderoso para Atticus; la batalla no tenía significado. Era casi lo mismo que luchar contra robots; ningún programa podría hacer que luchen como humanos reales. Los robots eran, en última instancia, robots.
—Durante una batalla, especialmente contra un único oponente, era imposible que solo un lado sintiera el entusiasmo de la batalla sin que el adversario también lo sintiera.