Viendo que fue ignorado, Dario se aclaró la garganta en silencio y optó por callar. Empezaba a entender más acerca de quién era su joven maestro.
Atticus no se molestó en responder a Dario, pero sus pensamientos estaban ocupados por otra cosa. Estaba un poco sorprendido de que, entre todas las personas que había conocido hasta ahora, no había encontrado ni una sola con malas intenciones o incluso celos. Todos habían sido respetuosos hasta el momento.
Estaba tan acostumbrado a ser odiado o molestado que se sentía ligeramente incómodo.
—Eh —una voz interrumpió sus pensamientos.
Atticus suspiró. '¿Acabo de gafarlo?'
Giró hacia atrás y fijó la mirada en uno de los miembros de la tripulación.
—¿Tienes algo que decirme? —La voz de Atticus sonaba tranquila y juvenil, pero las miradas de los presentes no pudieron evitar entrecerrarse.
Él era el nieto de Magnus y al mismo tiempo el heredero, así que mostrarle respeto era normal. Pero, ¿por qué todos se sentían obligados a obedecerle?