—Mímica de Relámpago —susurró Atticus, y una oleada de energía electrizante recorrió su cuerpo, manifestándose en una extraordinaria transformación.
Corrientes de relámpagos comenzaron a danzar a su alrededor, creando intrincados zarcillos de energía eléctrica que envolvían su forma por completo.
La electricidad que surgía no solo iluminaba la oscura extensión, sino que también hacía que cada cabello en el cuerpo de Atticus se erizara.
Con una repentina explosión de velocidad y precisión otorgada por sus nuevas habilidades, Atticus se convirtió en un vivo rayo de relámpago.
Su cuerpo surcó la atmósfera con asombrosa velocidad, dejando atrás una luminosa estela de electricidad chispeante que iluminaba las sombras.
A medida que se acercaba al Serafín de Sombra, aún incrustado en la pared de la caverna, la intensidad del relámpago que rodeaba a Atticus alcanzaba un crescendo.
La energía crepitante se coaguló alrededor de sus manos.