—Cuando recobró el control, tomó una profunda respiración para calmarse y repasó sobre su propio nombre, escrito por la mano de Elia. ¿Cuándo había encontrado ella el tiempo para escribir esto?
Luego abrió el papel doblado con dedos temblorosos, tragando más lágrimas cuando leyó las primeras palabras.
—Reth —No puedo creer que esté escribiendo esto. Sé que ambos estamos fingiendo que no hay necesidad de hablar sobre lo que sucede si uno de nosotros muere. Sé que no queremos invitar eso. Ni siquiera queremos pensar en ello. Pero aquí estoy, acostada en la oscuridad a tu lado y finalmente te has dormido y no puedo imaginar el mundo, ningún mundo, sin ti en él.
Estoy aterrorizada.
Pero siempre me juré a mí misma que si el día llegaba en que iba a perder a otra persona que amaba, no dejaría nada sin decir. No me permitiría caminar al día siguiente con arrepentimiento, como hice con mis padres. Así que, aquí vamos.