—¡Son ellos! —le susurró Gewen a Marte cuando vio el carruaje moverse firmemente desde la dirección del bosque encantado hacia el centro del pueblo. Marte puso su dedo índice en los labios, para indicarle a Gewen que guardara silencio.
Él sabía que todos estaban ansiosos. Él también lo estaba, pero debía mantener la calma. Oh, cuánto odiaba a Thessalis Morelli. Esta bruja era la fuente de todos sus sufrimientos.
No solo él, sino lo más importante, su amada madre. La Reina Elara había derramado incontables lágrimas y sufrido tanto después de perder a sus bebés.
Todo porque la bruja decidió llevar su venganza y odio hacia el Rey Jared y la Reina Elara a los inocentes bebés.
Si solo Marte no necesitara salvar el corazón de Ellena, no dudaría en atacar a la bruja de inmediato. No le importaba nada más. La bruja debía morir. Debía pagar por sus crímenes.