—¿Ves en el estado en que estás? ¿Y todavía te atreves a hablar de terminar tu trabajo? ¿No te gusta tu vida? —preguntó Sunny enojada.
Jia Li se sorprendió al ver lo enfadada que estaba Sunny con ella. Era como si su madre la regañara por haber hecho algo mal.
—Puedo ver que no me escuchas, pero me aseguraré de que me escuches —dijo Sunny mientras tomaba su teléfono del escritorio y salía enojada de la oficina de Jia Li para su sorpresa.
—Señorita Sunny, ¿a dónde vas? —preguntó Jia Li sorprendida mientras intentaba seguirla, pero el pañuelo que usaba para tapar su nariz se cayó y más sangre comenzó a caer sobre sus manos, camisa y el suelo.
—¡Mierda! —maldijo Jia Li e inmediatamente cogió más pañuelos y fue a sentarse antes de levantar la cabeza y usar el pañuelo para cubrirse la nariz.