—Permanece en silencio hasta que te permita hablar —él ordenó, de espaldas a ella. La ira emanando de él era palpable desde donde ella estaba.
Lo único que quería era hacer las cosas más fáciles para él. ¿No podía ver la intención positiva detrás de sus acciones?
—Solamente quería aliviar tu carga —replicó ella, firme en sus palabras. ¿Por qué tenía que estar en silencio hasta que él lo considerara apropiado?
—¿Qué carga? —Él bramó hacia ella, haciendo que ella se estremeciera de terror. Se volteó para enfrentarla, sus ojos emitiendo un tono dorado que significaba su desaprobación de sus acciones.
Ella se sintió asustada, nunca lo había visto en tal estado. Comenzó a asustarse y a retroceder, nunca había sido tan duramente reprendida por él.
—Yo... ella no querría ver a otra mujer con su hombre. No quería ser el obstáculo entre ustedes dos —confesó ella, evitando el contacto visual por miedo.