Cuando Penélope se despertó la siguiente mañana en la mansión de los Delcorv situada en Valeria, captó la vista de Damien que ya estaba listo y lucía tan guapo como de costumbre. Su cabello negro estaba peinado hacia atrás, su rostro limpio y arreglado con un abrigo que llevaba sobre la ropa que ya tenía puesta.
Apoyando una mano para sentarse, Penny acercó sus piernas mientras veía a Damien caminar por la habitación. Al notar que ella estaba despierta, se acercó y le besó la mejilla,
—Buenos días. ¿Dormiste bien? —le preguntó él, acomodando la bufanda de color lavanda en el medio de su abrigo chaleco.
—Estuvo bien... —contestó ella, observando los movimientos de sus manos cuando preguntó—, ¿Vas a encontrarte con Evelyn hoy? —ella le oyó tararear como respuesta.
—Mejor terminarlo pronto que dejarlo pendiente. ¿No crees? —preguntó a cambio. De estar parado frente al espejo, regresó para sentarse frente a ella.