Al ver a Lu Feng esperándolo, Lu Han habló molesto ya que su madre ya había perturbado la paz de su mente. —¿Qué pasa ahora, Lu Feng?
—¿No me digas que vas a hacerle caso a Madre? —preguntó Lu Feng.
—Después de recibir un sermón de madre, no deseo escuchar nada de ti. Si realmente quieres detenerla, entonces, ¿por qué no obtienes un puesto para ti que la haga sentir orgullosa? Ella tiene expectativas de ti porque sabe que eres el más inteligente de todos nosotros —dijo Lu Han.
—No quiero hacerlo —replicó Lu Feng fríamente.
—Entonces yo tampoco deseo recibir ningún consejo de ti —diciendo molesto, Lu Han avanzó para entrar a su habitación, pero se detuvo al escuchar a Lu Feng.
—Lo que ella quiere solo puede traer desastre en esta familia, hermano mayor.