Luo Zhelan pellizcó el puente de su nariz, soltando un suspiro. —Simplemente dile a Madre que ya estás llena —aconsejó.
Jiang Yue frunció el ceño, la preocupación evidente en su expresión. —¿Ella no se molestará conmigo por eso, verdad?
—No, definitivamente no —le aseguró él con un movimiento de cabeza.
Jiang Yue asintió y esperó pacientemente la vuelta de Yuan Ru.
Al ver a la mujer mayor colocar un tazón lleno de sopa de huevo sobre la mesa, Jiang Yue no pudo contenerse más. —Señora Luo, me encantaría comer más pero ya estoy llena —declaró con un tono teñido de pesar.
Rápido en apoyarla, Luo Zhelan intervino:
—Jiang Yue y yo comimos antes de llegar aquí.
Yuan Ru asintió, su sonrisa aún presente. —Ah, entiendo.
A pesar de mantener su comportamiento compuesto y su fachada sonriente, Jiang Yue no pudo evitar notar una pausa momentánea en los movimientos de Yuan Ru, lo que la hizo sentirse culpable.