Jiang Yue suspiró. Ella entendía perfectamente sus sentimientos, pero eso no significa que esté dispuesta a arriesgarlo todo. —No puedo permitirme involucrarme demasiado en esto. Tengo gente que depende de mí, gente que necesito proteger. Espero... Espero que puedas entenderlo. Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, pesadas por el peso de sus emociones encontradas.
Gu Tai permaneció en silencio. Tras una larga pausa, finalmente asintió. —Entiendo. Tu ayuda será más que suficiente. Planificaré meticulosamente cada paso y me aseguraré de que no escapen de la justicia. El peso sobre los hombros de Jiang Yue pareció aligerarse al escuchar la respuesta de Gu Tai. —En cuanto a Xiao An, conozco a un médico. Aunque no puedo garantizar su capacidad para ayudarlo, cualquier mejora sería una bendición. Todavía es demasiado joven para soportar tanto sufrimiento.
Exhalando, Gu Tai expresó su gratitud. —Gracias.