—El estadio cayó en un silencio inquietante. Aunque los asesinos se enfrentaban en duelos, pocos apuntaban a desenlaces letales; la mayoría concedía la derrota cuando la victoria parecía imposible. El último duelo fatal que quedó en su memoria involucraba a dos asesinos de gremios rivales resolviendo una cuenta mortal, dejando a uno sin vida.
—Sin embargo, ¿cómo podría Halcón haber concedido la derrota cuando antes de que pudiera pronunciar una palabra, Jiang Yue ya había clavado rápidamente un cuchillo en su pecho?
—Aunque la muerte no era desconocida para los asesinos que observaban el duelo, ni la muerte era nueva durante estos duelos, aun así no podían evitar estremecerse al ver a alguien terminando sin piedad la vida de otro asesino sin una pausa, negando cualquier oportunidad de rendirse.