Luo Zhelan extendió su estancia en Ciudad de Suncrest por dos días más. Al segundo día, su salud había mejorado significativamente, lo que los motivó a cumplir con su plan: fueron al hotel situado en el centro de la ciudad para presenciar la puesta de sol.
En el balcón del ático del hotel, Luo Zhelan y Jiang Yue entablaron una conversación casual mientras esperaban la puesta del sol.
—¿Piensas participar en el entrenamiento militar? —preguntó Luo Zhelan, sabiendo que cada estudiante universitario debe completarlo—. Si no quieres, solo tienes que pedírselo al Director Wei.
Con su atención fija en su teléfono, Jiang Yue respondió:
—No hay necesidad, lo completaré. Además, parece un desafío divertido también.
Luo Zhelan, al oír esto, la miró con las cejas levantadas:
—Dudo que el entrenamiento militar sea mucho desafío para alguien como tú.
Sabiendo de lo que esta chica es capaz, podría completar el entrenamiento militar con facilidad.