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—Xang y Xiang'er mataron a los aldeanos porque planeaban matarme. Los aldeanos querían matarme porque yo les traería calamidades —dijo ella.
—Todos tienen sus razones para actuar así. Si realmente les traigo calamidades en el futuro, matarme era la decisión correcta —cualquiera elegiría hacer eso. Matar a uno para salvar a mil. Esta es la ley del sacrificio.
—Y nunca lastimaré a Xang y Xiang'er. Ellos nunca me hicieron daño. Si realmente trae calamidades a todos, vivirá su vida con culpa. No era una heroína. Era un simple ser humano. Ellos tienen gran benevolencia hacia ella. ¿Qué importancia tendría devolverles su bondad?
—Nadie tenía razón, y nadie estaba equivocado. Xang y Xiang'er no deberían matar a todos solo porque quieren matarme. Puedo simplemente dejar el pueblo si tengo que tomar una mejor decisión.
—Los aldeanos pueden echarme del pueblo si piensan que les traeré una calamidad.