Chi Song Lian miró profundamente a Long Qian Xing. El joven ante él era más joven y se suponía que menos experimentado que él. Por no mencionar, que el rango de Long Qian Xing también era menor que el suyo.
Sin embargo, por alguna razón, siempre tenía la sensación de que estaba hablando con una bestia peligrosa cada vez que conversaba con Long Qian Xing.
—¿Alguien como tú podría manejar al otro general? Déjaselo a otro comandante de 5000 hombres —Chi Song Lian resopló.
Long Qian Xing arqueó sus cejas y se rió entre dientes. Sabía que Chi Song Lian no le tenía simpatía, pero no le importaba lo más mínimo. —Si no tienes ningún plan para encargarte del general, yo me haré cargo.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Chi Song Lian desconcertado.
—Exactamente lo que dije —respondió con calma Long Qian Xing.
Chi Song Lian miró profundamente a Long Qian Xing. —No eres más que un comandante de 3000 hombres. ¿Realmente crees que eres tu padre?