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3.99% Leyenda olvidada de la Flor Ensangrentada / Chapter 27: El Resultado

Capítulo 27: El Resultado

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Feng Ao Kuai tomaba el té en silencio con su madre. No había ni el menor rastro de impaciencia en sus ojos mientras se sentaba escuchando a Nan Si Qiao hablar con otras señoras cerca de ellos.

—Ah Kuai, ¿estás aburrido? —preguntó Nan Si Qiao a su hijo.

—No, no estoy aburrido, Madre. —Feng Ao Kuai levantó la vista antes de bajar la cabeza y beber nuevamente el té que tenía en la mano.

Ante su impredecible hijo, Nan Si Qiao solo pudo suspirar. En todo lo demás, aparte de asuntos militares, Feng Ao Kuai siempre actuaba como un hijo obediente. Ni siquiera ella sabía lo que pasaba por su mente en momentos como este.

—Señora Feng, ¿qué piensa usted sobre…? —Nan Hua también estaba en silencio mientras escuchaba su conversación. La mayoría de ellas solo hablaban sobre algunas cosas que sucedían en la ciudad capital y también algunos chismes domésticos. No pasó mucho tiempo antes de que la conversación se conviertiera en chismes sobre cuáles hijos eran los más talentosos.

Feng Ao Kuai se dio cuenta de que Nan Hua también estaba callada. No solo eso, sino que estaba sorbiendo el té a un ritmo mucho más lento que él. Miró su té que casi se había acabado... a este ritmo, podría necesitar ir al baño más rápido.

Afortunadamente, la fiesta no duró mucho tiempo. Vieja Señora Long en realidad no quería entretener a los invitados por mucho tiempo. Su cuerpo envejecido no lo soportaba. Así, la fiesta fue bastante corta.

—Hua'er, si tienes tiempo en el futuro, ven aquí otra vez para hacer compañía a Abuela, ¿de acuerdo? —Vieja Señora Long acarició la pequeña mano de Nan Hua.

Nan Hua miró a Vieja Señora Long y asintió con la cabeza levemente.

—No te preocupes por el problema de hoy. Me ocuparé de todo bien para que no te sientas agraviada nunca más. —Los ojos de Vieja Señora Long brillaron ligeramente cuando lo dijo.

—Sí, Abuela, —respondió Nan Hua obediente.

—Buena chica. —Vieja Señora Long sonrió y acarició la cabeza de Nan Hua. Después, regresó a hablar con las demás damas para despedirse.

Algunos de los otros niños todavía estaban insatisfechos ya que estaban en medio de jugar juntos.

—Luchemos de nuevo en la academia, —sugería Nan Luo levantando su puño lleno de barro. No se sabía cuántas veces había sido lanzado al suelo por su descuido—. Te venceré en esa ocasión.

—Chaval, deberías centrarte primero en crecer más.

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—¡Voy a crecer alto, seguro! —exclamó Nan Luo molesto. Como un niño de ocho años, era incluso más bajo que su hermana, sin mencionar a estos adolescentes. Ellos eran al menos una cabeza más altos que él.

—Claro, claro.

—Luchemos de nuevo~.

Los chicos estaban más animados ya que muchos de ellos eran de familias militares. Aquellos de familias militares generalmente hablaban más con sus puños que con su cerebro. Aunque no fuera lo ideal, estaban en medio de una guerra, así que lo militar había sido priorizado en los últimos años.

O para ser exactos, en las últimas décadas.

—Hua'er, volvamos. —Nan Luo acababa de terminar de despedirse cuando notó que Nan Hua miraba en una dirección. Miró hacia allí pero no vio a nadie.

—Mhm. —Nan Hua asintió y seguidamente siguió obedientemente a su hermano hacia el carruaje.

Después de que el invitado había regresado, Vieja Señora Long llamó a Long Xu Nian y Long Qian Xing. Dado que los dos aún eran considerados chiquillos, se les permitió quedarse en la zona de niños.

¿Quién iba a pensar que su nieta aún estaba tan insatisfecha con Nan Hua?

—Trae eso para acá. —Vieja Señora Long hizo un gesto con la mano.

El corazón de Long Xu Nian se aceleró al ver el largo paño en manos de los sirvientes. Ella ya les había instruido que lo tiraran después de que Nan Hua rechazara el paño. ¿Por qué estaba aquí ahora?

—Long Xu Nian, ¿sabes qué es esto? —Vieja Señora Long miró a su nieta con clara decepción en sus ojos. Pensó que después de la advertencia de antes, su nieta dejaría de hacer esas pequeñeces.

¿Quién iba a pensar que terminaría haciéndolo de nuevo y que esta vez sería incluso peor que antes?

—Abuela, yo no...

—¡Silencio! ¿Crees que ya estoy demasiado vieja para poder ver las cosas claramente? ¿Es por eso que te atreves a intentar envenenar a alguien frente a mis ojos?

—Yo…

El corazón de Long Xu Nian se heló mientras Vieja Señora Long continuaba regañándola. Pensó que su truco no debería haber sido conocido por nadie. ¿Cómo es que este paño estaba aquí y por qué?

Mientras Long Xu Nian estaba completamente confundida, Long Qian Xing se encontraba de pie al lado, observando todo. Estaba calmado y compuesto como si todo lo que ocurría no tuviera nada que ver con él.


Capítulo 28: Disculpándose (1)

—¡Abuelo! ¡Abuelo! —exclamó Nan Luo al entrar corriendo.

—Mocoso, ¿acaso no puedes estar tranquilo a menos que causes problemas? —El Anciano Maestro Nan se quedó sin palabras al ver a Nan Luo correr hacia él. Su primer pensamiento fue que Nan Luo debía haber creado un problema que no podía resolver por sí mismo. Su segundo pensamiento fue que Nan Luo debía haber arrastrado a Nan Hua a un problema.

—¡Esta vez no causé problemas! —Nan Luo replicó indignado—. ¿Por qué el Abuelo siempre pensaba lo peor de él, ah?

El Anciano Maestro Nan entrecerró los ojos.

—¿Esta vez? —preguntó.

Fue entonces cuando Nan Luo se dio cuenta de que se había expresado mal. Sacó la lengua porque no quería admitir que era tan problemático.

—¡Esa bruja es quien está creando problemas para Hua'er! —se defendió.

—¿Oh? —Los ojos del Viejo Maestro Long se convirtieron en una rendija mientras el aura a su alrededor se volvía peligrosa—. ¿Esa mocosa se atrevió a?

—¡Sí! —Nan Luo asintió con la cabeza vehementemente.

—¡Cuéntale todo al Abuelo!

—¡SÍ!

Cuando Nan Hua entró, la escena que vio fue a su abuelo, el Anciano Maestro Nan, escuchando atentamente mientras Nan Luo recreaba toda la escena de antes.

Nan Hua se quedó sin palabras.

Xiao Yun vio que su señorita se detuvo y le recordó a su señorita:

—Señorita, esta no es la primera vez que esto sucede. ¿Le gustaría escuchar y esperar o prefiere regresar primero?

—Esperar —contestó Nan Hua.

—Sí, Señorita.

Nan Hua temía que si regresaba, Nan Luo terminaría exagerando la historia tanto que sería muy diferente. Pero después de escuchar un rato, Nan Hua se dio cuenta de que su hermano gemelo había hablado completamente la verdad.

Aunque, sus movimientos eran, de hecho, exagerados.

—Ya veo —dijo el Anciano Maestro Nan, frotándose la barba después de que Nan Luo terminó de contar lo que había pasado—. Pensé que la Vieja Señora Long sería capaz de controlar a Long Xu Nian, pero parece que se había convertido en algo imposible porque la chica se casaría pronto. Ya que ella se alejaría de la Familia Long pronto, Long Xu Nian se había vuelto aún más atrevida.

—Abuelo, está bien —Nan Hua tiró de la manga del Anciano Maestro Nan.

El Anciano Maestro Nan miró a Nan Hua y suspiró. Le acarició la cabeza a Nan Hua. —No te preocupes, el abuelo no hará nada.

—Mhm —Nan Hua entrecerró los ojos—. Ella podría venir aquí a disculparse más tarde.

—¿Quieres verla? —El Anciano Maestro Nan frunció el ceño—. Ciertamente no quería que su nieta se encontrara con esa Long Xu Nian si no era necesario. Esa Long Xu Nian había estado causándoles problemas de vez en cuando.

—Está bien.

El Anciano Maestro Nan se sintió impotente cuando escuchó la respuesta neutral de Nan Hua. Miró hacia abajo y vio los claros ojos de la joven y no pudo decir nada más. ¡Si ella decía que estaba bien, entonces debía estar bien! ¡No pensaría lo contrario! Pero aún así, si solo la Familia Long no fuera una familia militar y él no fuera un viejo amigo del Viejo Maestro Long, ya habría ido allí con soldados. Incluso si el Emperador se enfadaba con él después, no le importaría lo más mínimo. ¡Nadie debería intimidar a sus nietos!

—Ah cierto, ¿te encontraste con la Vieja Señora Long? —El Anciano Maestro Nan luego pensó en otro asunto urgente.

—Sí, me encontré con la Vieja Señora Long —Nan Hua miró a su abuelo y parpadeó.

—¿Dijo algo?

—Me pidió que la llamara abuela.

Al escuchar eso, el Anciano Maestro Nan casi maldice en voz alta. Se frotó la frente y luego se volvió a mirar a Nan Luo. —¿Te pidió lo mismo a ti?

—No hablé con ella —Nan Luo miró hacia otro lado.

Al ver el gesto de su nieto, el Anciano Maestro Nan le dio una patada en el trasero al muchacho. —¡Mocoso! Seguro que dejaste sola a tu hermana y te fuiste a pelear con los otros mocitos, ¿verdad?

—Ah, ¡duele, abuelo! No, no la dejé sola... ¡Ah!

—¡Pero igual fuiste a pelear, verdad?

—Está el primo hermano Feng Ao Kuai que se quedó con... ¡AAAaaa! ¡Abuelo, dueleee! —gritó Nan Luo.


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