La mirada de Lily se desplazó hacia la voz de un niño que resonaba claramente en el corredor. —Mamá. Mira, es la chica reemplazo.
Un rápido "shush" de la madre silenció al niño, pero la dura y desaprobadora mirada que la mujer lanzó en dirección a Lily la confundió. ¿Chica reemplazo? La frase picó su curiosidad y la hizo preguntarse si la habían confundido con alguien más, quizás un miembro del personal del hospital que les había desagradado. El desagradable pensamiento hizo que frunciera el ceño, pero cuando la pareja se alejó y retomó su conversación, sacudió la sensación y continuó por el corredor. Probablemente estuvieran equivocados.
Apenas había llegado a la estación de enfermeras cuando se le acercó una cara familiar. Era la enfermera que había estado manejando el caso de su padre en los últimos días, su expresión llena de preocupación.
—Señorita Lily, ¿está usted bien? —preguntó la enfermera, su voz suave, sus ojos inquisitivos.