—¿La extrañaste? —Lentamente avanzó hacia él con pasos deliberados, indecisa en su intención pero muy decidida a cómo quería golpear a este hombre hasta convertirlo en pulpa—. ¿Cómo se atreve a llevarla encima y casi dormir con ella solo para aparecer como su cuñado?
Nora lanzó una mirada intrigada a Evangeline, sintiendo la tensión en el aire. Lucien, al darse cuenta del peligro en el que se encontraba, retrocedió rápidamente, ambas manos levantadas en señal de rendición, con una expresión de ciervo en los faros. —Ángel, puedo explicarlo —dijo.
Demetri observó desde su hermano a la joven princesa y entendió el asunto de un vistazo. Suavemente, tiró de la camiseta de Nora y le entregó un teléfono con la cámara encendida. —Ahora sabemos por qué lo eligieron —susurró.