—CEO Frost, lamento mucho comunicarle esto, pero vamos a tener que pedirle que no nos visite por el momento.
Demetri Frost se sentó en la oficina del doctor dentro del centro de rehabilitación y miró al joven doctor que se atrevió a impedirle visitar a su hermano.
El doctor se mostraba inquieto bajo su mirada, sin atreverse a encontrar sus ojos, pero tenía que seguir las instrucciones de sus superiores y aún así detener al hombre. Miró al hombre desde sus pestañas y hizo una mueca. El hombre estaba allí reclinado como si fuera dueño del lugar y tuviera todo el tiempo del mundo.
No es de extrañar que todos se hubiesen emocionado cuando él se ofreció a asumir esta tarea. Él era nuevo aquí. ¿Cómo podría haber esperado que el CEO Frost sería una personificación del miedo? ¿Cómo se supone que debería deshacerse de este hombre? Intentó pensar rápido, pero cada explicación que se le ocurrió no podía abandonar su boca por puro miedo.