"(Desde la Perspectiva de Azul)
Aunque dije que no me rendiría después de un tiempo, sentí que debería haberlo hecho. Yo no era el tipo de persona audaz o alguien que estaba bien con las demostraciones públicas de afecto. Pero ahora que lo intenté, recordé una vez más lo difícil que era.
—Entonces, ¿a dónde deberíamos ir primero? —preguntó él juguetonamente.
—Dijiste alrededor del palacio. ¿Ahora estás tímido?
—¿Yo? ¿Tímido? ¡Por supuesto que sí!
Como él dijo, se fue a su estudio. No me soltó en ningún momento. Y ni siquiera parecía que estuviera en lo más mínimo cansado de llevarme. Sus brazos eran demasiado fuertes.
Me sentí consentida.
Como él dijo, me llevó a cada lugar del palacio, incluso en la cocina. Todos estaban impactados. Las miradas de sorpresa que presencié en mi camino me hicieron timar aún más. Era embarazoso, pero estaba decidida.
Pero no se lo dije. No quería rendirme. Fue muy infantil. Pero no puedo decir que tampoco estaba disfrutándolo.