"(Desde la perspectiva de Azul)
Él rasgó mi vestido de nuevo. Tenía la costumbre de hacerlo como si se le estuviera agotando el tiempo y no pudiera soportar esperar un poco más.
Aunque habían pasado algunas semanas, no tenía ninguna protuberancia en el estómago. Todavía no sabía cómo se sentiría. Ahora no sentía como si estuviera embarazada en absoluto. Tal vez esa era la razón por la que no sentía mucho de algo como algún tipo de conexión con el niño.
Escuché que las mujeres embarazadas podían sentir algo así como sentir al niño. Pero para mí, no era nada. Tal vez tomaría un poco más de tiempo.
—Ah...
Lamió mi cuello y bajó, mordiendo el costado de la ropa interior. Tiró de la cinta conectada a ella con los dientes y toda la prenda se deshizo.
—Estás roja de nuevo —dijo—. Y tus pezones están erectos. Realmente hermosos...