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Mientras la suave luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, Lauren se despertó de su sueño, su corazón palpitando de emoción y nerviosismo.
Hoy era el día con el que había soñado desde que era una niña pequeña: su día de boda. Con un suspiro de satisfacción, abrió los ojos, saludada por el cálido abrazo del sol.
Sentada en la cama, Lauren se tomó un momento para saborear la tranquila quietud de esta mañana especial.
Podía escuchar el leve canto de los pájaros fuera de su ventana, una melodía relajante que parecía anunciar el comienzo de un nuevo capítulo en su vida.
Con una sonrisa en sus labios, balanceó sus piernas sobre el borde de la cama y entró al baño para llenar la bañera con agua tibia.
Mientras se sumergía en las burbujas fragantes, cerró los ojos y soltó un suspiro de contento.
El cálido abrazo del agua la envolvió, disipando cualquier rastro de sueño y dejándola refrescada e invigorizada.