TaiYang no tenía el corazón para abandonar a un niño, mucho menos sintiendo tal conexión entre ambos. Así que tomó la decisión de criarlo como si en verdad fuera suyo.
Pero la prioridad ahora era evitar ser encerrados de nuevo.
⎯ ¿Tienes un nombre? ⎯ Preguntó tomando al niño en brazos. Al ver la confusión en el pequeño rostro supo que no tenía nada parecido. ⎯ ¿Qué te parece si te doy uno?
Pensó durante unos segundos antes de sugerir. ⎯ Reich.. ¿Te gusta, Reich?
'Reich' no sabía que era un nombre, pero sabía que se estaba nombrando a sí mismo. Saboreo la palabra en su boca, sólo sintiendo que la voz de su progenitor era realmente agradable: Era suave y su tono de voz era bajo. Muy cómodo de escuchar.
Reich apoyó la cabeza en el hombro de TaiYang, como un pequeño cachorro. Su mano estaba firmemente agarrada a su ropa, temiendo soltarlo. Por la esquina de su ojo, no aprovecho de mirar la herida qué ya había cicatrizado sobre su hombro.
TaiYang sonrió y acarició su cabeza, sólo entonces se percató de una pequeña cola que se balanceaba detrás del cuerpecito. Al igual que los cuernos sobre su cabeza, era de un color grisáceo oscuro, gruesa y corta, como la de un pequeño dinosaurio.
TaiYang se detuvo un segundo, pero después de pensarlo. En esta era parecían existir muchas especies distintas además de los humanos. Así que la apariencia del pequeño Reich no parecía fuera de lugar, sin mencionar que tampoco se veía mal.
Solo tenía que tratarlo como un cosplay permanente.
⎯ Guru guru-—
El estómago de ambos resonó en la cueva silenciosa. TaiYang era un adulto y ya había pasado momentos de hambruna por un día o dos cuando estaba viajando, sin embargo ahora tenía un pequeño bebé. Si quería ser un padre capacitado y responsable, no podía dejarlo pasar hambre.
TaiYang se asomó por la entrada de la cueva, todavía quedaba un poco de luz solar. Tenía tiempo para buscar algo que comer. Volteó el rostro hacía su pequeño mono, y retiró lentamente la idea de dejarlo en la cueva mientras buscaba alimento.
Apenas y a duras habían logrado escapar, si esos lunáticos los encontraban de nuevo no sabría lo que harían. Lo mejor es llevarlo consigo.
⎯ Bebé, papá irá a buscar comida para ambos. Recuerda quedarte cerca de mí y no alejarte, ¿entendido?
Reich parpadeó ante su pregunta. Sin saber sí sabía o no entendía lo que quería decir. TaiYang no se preocupó por eso. Un niño tan pequeño, era normal si no lo sabía.
No se alejaron mucho de la cueva, TaiYang temía que los estuvieran buscando todavía y no se atrevió a tentar su suerte. Al poco tiempo, ambos encontraron una especie de conejo - cerdo mutante.
Según las memorias de su cuerpo, está criatura se llamaba Liedro, era una especie salvaje bastante dócil con los humanos. TaiYang lo vio masticando hierba y agarro una rama con lo qué parecían unas moras en ella. Estiró el brazo en su dirección y lo agitó, llamando con éxito al liedro para que se acercara a ellos.
Al verlo comer tan fácilmente de su mano, TaiYang no pudo evitar pensar que la suerte de este animal era bastante mala. ¿No sabes que no debes recibir alimentos de extraños?, en especial si esos extraños están muertos de hambre.
TaiYang sólo lo pensó por un momento, después de todo él era un extraño con hambre y un niño. Antes de pensar en cómo golpear la cabeza de este amigo y dejarlo inconsciente, Reich a su lado se movió repentinamente. Antes de darse cuenta vió sus uñas y colmillos clavarse alrededor del cuello del animal hasta escuchar un crack, luego de eso el animal cayó al suelo con un ruido sordo.
Su mano tocó su hombro izquierdo, no supo porque, pero sentía una sensación omniciosa y dolorosa.
⎯ Reich.. ⎯ Lo llamó suavemente.
Reich levantó la cabeza y lo miró, la sangre goteaba de sus manos y su boca. Incluso podía apostar que vio una pequeña lengua asomarse alrededor de su labio.
Se trago las palabras que estaba a punto de decir, en su lugar le aconsejó. ⎯ ....No comas carne cruda. Deja que lo cocine primero. Te puede dar dolor de estómago.
Reich dudo por un segundo pero asintió con la cabeza al final y se alejó del Liedro, sujetándose de la pernera de su pantalón.
TaiYang tocó su cabeza con amor y se volteó para recoger el cadáver. De sorpresa, descubrió que cargar el cuerpo entero no era un problema en absoluto. Eso es un alivio, podría llevarlo de regreso a la cueva.
Las habilidades culinarias de TaiYang son consideradas de primer grado, eso fue demostrado al poder realizar un simple asado con las condiciones más pobres y primitivas.
También tiene que agradecer a su cuerpo. Al igual que Reich, puede alargar sus uñas como si fueran un par de afilados cuchillos, lo que le permitió cortar la carne como si fuera mantequilla. Su olfato también le permitió encontrar plantas que sustituyeron con éxito a los condimentos básicos.
A excepción de la sal, el sabor todavía era aceptable. Y en opinión de Reich, era la mejor comida que había comido en su vida.
El liedro no era tan grande y angosto como un cerdo, sin embargo era especialmente gordo. Entre 40 y 30 kilos como máximo, y fue completamente devorado por ellos dos.
TaiYang sintió que esto se debía atribuir al gen desconocido en su cuerpo. Miró el pequeño cuerpo a su lado que parecía satisfecho mientras mordisqueaba un hueso y se lamío el diente. A penas podía sentirse satisfecho.
Al parecer debería conseguir una gran fuente de ingresos en el futuro, o encontrar una forma de satisfacer este apetito.
⎯ Reich, ven aquí.
Reich dejó el hueso aún lado y se acercó a TaiYang, apoyándo su cabeza contra su regazo y mirándolo con sus grandes ojos azules.
Parecía un pequeño cachorro.
TaiYang frotó su delgada carita con amor. En su vida pasada era soltero, además de su maestro. Nunca había estado cerca de otras personas.
Pero le gustaba mucho este niño.
⎯ No puedes dormir todavía. Hay que digerir la comida. ⎯ Dijo, sin embargo no podían salir a caminar.
⎯ Te frotare el estómago, ¿okey?
Reich asintió con la cabeza. TaiYang lo tomó en sus brazos y su palma frotó el delgado pero abultado vientre blanco. Podía intuir que a Reich le gustaba su voz, así que intentó hablar con él todo lo que pudiera. También esperaba que al hacerlo pudiera enseñarle a reconocer palabras que no conociera.
Sabía que su incapacidad para hablar tenía mucho que ver con el encierro durante esos cuatro años.
Frotar su estómago también tenía otro propósito además de ayudarlo a digerir el alimento, y eso era verificar que no tuviera alguna clase de herida oculta. Sin embargo, a excepción de los múltiples agujeros de inyecciones en su brazo, no parecía haber nada.
TaiYang quería verificar más a fondo, pero sus condiciones todavía no se lo permitieron.