—Te estoy preguntando, ¿qué haces aquí? —preguntó en voz alta Jennie cuando Erika no respondió a su pregunta. Habían pasado unos días desde que estaba esperando a que Erika irrumpiera en su oficina y la cuestionara sobre su último encuentro con Ethan que había presenciado, pero nunca en sus sueños más salvajes esperó que Erika viniera a su casa.
Especialmente desde que no tiene a sus guardias de seguridad que puedan ayudarla. Su cuero cabelludo todavía duele un poco por el tirón de pelo tan fuerte que le dio Erika.
—Te estoy haciendo una pregunta —repitió Jennie cuando Erika todavía no parecía dispuesta a responder. Estaba ocupada tronándose los nudillos y el sonido le irritaba.
—Cuando hiciste tu investigación, ya que estabas tan curiosa sobre mi pasado, estoy segura de que viste la parte donde he golpeado a una persona en particular, ¿verdad Jennie? —preguntó Erika—. No bromeo con los miembros de mi familia, Jennie, especialmente con mi marido.