—Su Alteza, ese…"
—¡Hmm! No moriste, entonces no parece estar envenenado… —la interrumpió, haciendo que Oriana se tragara sus palabras—. Simplemente comió el que yo, su sirviente, comí. ¿Está bien?"
—...pero no es de mi gusto —volvió a oírlo—. ¿Qué? ¿No es de su gusto? ¿Están muertas sus papilas gustativas?"
—Puedes terminarlas todas —dijo él."
—¿Yo? —murmuró ella con incredulidad."
—No veo a nadie más aquí —dijo él—. ¿Y por qué estás dudando? ¿No siempre comes lo que yo dejo? ¿O quieres desperdiciar comida preciosa?"
—¡Lo siento, Su Alteza! Me aseguraré de comerlo."
—Ninguna debe ir a perderse —ordenó él."
—Ella asintió y comenzó a comer las galletas una por una y juró que su estómago se sentía mucho mejor con cada bocado—. No tardé en devorar todo, —lo terminé."
—Bien —respondió él. Oriana no podía estar segura, pero parecía que él estaba reprimiendo una sonrisa."