Capítulo 7: Compasión
< En el desierto de la región norte de la Nación, entre la ciudad M y ciudad S, a las cercanías de una gasolinera, se puede apreciar una pequeña capilla donde se adoraba a un auténtico Dios >
Esa era la descripción que un creyente de la deidad de la Compasión le dio a la protagonista femenina cuando le mencionaba el fundamento de su fe.
Este creyente aseguraba ser uno de muchos, solo que desconocía el paradero de los otros.
Más tarde, la protagonista femenina junto al protagonista masculino logró encontrar la capilla en el desierto y al resto de los creyentes de la deidad de la Compasión.
Al entrar a la capilla, los zombis dentro de ella ya habían alcanzado el nivel 1.
Perdieron todo tipo de racionalidad humana y habían derrumbado la barricada en la puerta. Atacaron sin dudar al grupo de refugiados de los protagonistas.
Al final de esa batalla, la Lágrima de Dios un artículo del tipo sagrado cayó en las manos de la protagonista femenina.
El dedo dorado de la protagonista femenina descartó a este artículo como una versión barata del Agua de Manantial del protagonista masculino.
El nombre de Lágrima de Dios fue introducido en el videojuego, nunca se le dio un nombre oficial en la novela.
Solo se le describió como una pequeña botella atada a un colgante que contenía un líquido cristalino.
Este artículo fue olvidado hasta que el tercer ranked mundial puso en subasta un video donde se mostraba como lograba a través de la historia oculta detrás de la Lágrima de Dios y los creyentes de la deidad de la Compasión.
Todo a través de pequeñas pistas que estaban esparcidas tanto en la ciudad M como en la ciudad S.
Era una historia trágica y llena de suspenso. Para lograr recrearla por completo, el tercer ranked mundial tuvo que reiniciar su partida unas diez veces. Pero la recompensa valió la pena, ya que logró resolver uno de los misterios más grandes de la novela.
El video fue subastado a un precio muy alto y bajo un acuerdo de confidencialidad.
Solo las personas con los fondos suficientes pudieron hacerse del poder oculto de la Lágrima de Dios y la historia oculta de los creyentes de la deidad de la Compasión.
Esta historia tiene su comienzo en la ciudad S donde todos los creyentes de la deidad de la Compasión, a excepción de uno que había ido de viaje a la ciudad M, fueron víctimas de una extraña gripe agresiva que afectaba a toda la ciudad.
Esta extraña gripe era en realidad los primeros síntomas de la maduración del virus zombi dentro de sus cuerpos.
Todos los creyentes de la deidad de la Compasión tenían síntomas más agravados que el resto de la ciudad S, por lo que, buscaron respuestas a su sufrimiento, el primer creyente considerado como el único que podía escuchar la voz de Dios estuvo ahí para cumplir esa tarea.
El primer creyente les dijo que encontrarían la respuesta a su sufrimiento al construir una capilla en el desierto donde pudieran orar en silencio hasta su inevitable muerte.
Dentro de la capilla debían encerrarse a sí mismos, solo de esa forma podrían conservar su humanidad hasta el final incluso después de la muerte.
Lo único que se llevaron consigo fue su tesoro sagrado y partieron de la ciudad S hacia el desierto para construir la capilla.
Luego de encerrarse en la capilla, oraron en silencio hasta que finalmente se convirtieron en zombis de nivel 0.
Al final solo pudieron conservar una sola idea en sus cabezas y esa fue su fe a Dios.
El primer creyente era el que cargaba con su tesoro sagrado, el artículo que había sido la principal causa de que todos ellos presentaran síntomas más agravados que el resto de la ciudad S.
La influencia mágica de la Lágrima de Dios, así como la de muchos otros artículos, aceleraba el proceso de zombificación de quienes habían estado demasiado tiempo expuestos a ella.
De cierta forma haberse aislado así del mundo, logró retrasar el fin del mundo y salvar a muchas personas en la ciudad S.
Según el diario que dejó atrás el primer creyente, la Lágrima de Dios no puede ser tocada jamás por las manos de un ladrón, de lo contrario perdería su brillo.
Entonces eso fue lo que nos llevó al presente.
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Los creyentes zombificados reconocieron el rosario como un objeto de fe.
No era algo relacionado a su dios, pero su doctrina les había enseñado a respetar las creencias de otro.
El hecho que se detuvieran al ver esto demuestra que aún conservan un poco de racionalidad humana.
No son muy inteligentes, pero eso no lo importante, sino que todavía no habían sucumbido por completo a sus instintos zombi.
Los creyentes se quedaron quietos y no mostraron señales de querer atacarnos, como si nos vieran como sus semejantes y no como carne fresca que devorar.
De haber venido después del fin del mundo, no podría haber logrado que respondieran de esta misma forma hacia el rosario y la cruz.
Ellos ya se habrían convertido en zombis de nivel 1 y no podrían tener algún rastro de racionalidad humana.
'Simples cadáveres andantes'.
La persona detrás de mí parece haberse dado cuenta que sujetar la cruz servía de algo y se aferró con más fuerza a ella.
Según el tercer ranked mundial los creyentes solo podían ser estimulados de esta forma. Tenías que recordarles la existencia de Dios y podrías obtener la Lágrima de Dios sin tener que matarlos.
Los objetos simbólicos eran el primer paso para molestarlos, el segundo paso consistía en recitar versos de algún otro dios popular.
"En un mundo impuro donde su belleza está en lo que no es perfecto".
"Dios nos guiará y enseñará un camino de muchos".
Al pronunciar estas palabras, el zombi en el altar comenzó a moverse de nuevo.
Esta vez sus ojos rojos y secos se cruzaron con los míos. Este zombi debería ser el primer creyente.
'Parecía haber reconocido este verso'.
Ahora que estaba cara a cara con el primer creyente, pude notar en su forma de actuar que parecía estar esperando algo de mí.
Este zombi yacía inmóvil en el mismo lugar sin mostrar algún signo de hostilidad.
Los otros zombis lo seguían con la mirada y permanecían obedientemente quietos a la espera de una orden de su líder.
Solo entonces pude contemplar que ya era hora de finalizar con esto, con calma pronuncio la frase que estos creyentes adoraban como el centro de su doctrina.
"Compasión".
Al pronunciar esta frase el primer creyente lanzó un rugido al cielo y se arrodilló agachando la cabeza. El resto de los creyentes siguieron a su líder e hicieron lo mismo.
Esta era señal de que estos zombis estaban pidiendo de rodillas que tuviera misericordia de ellos y les diera el descanso eterno.
Al verlos actuar así no pude evitar sentir lástima por ellos, realmente no me gustaría arrebatar la vida de estos devotos creyentes.
Pero no podía negar su último deseo como seres racionales que pedían morir en paz y sin culpas. Todo apuntaba a que en algún lado de sus cabezas eran conscientes de que muy pronto se convertirían en monstruos.
Lo mejor sería terminar rápido con esto, se supone que esto solo es temporal.
Que estén actuando de este modo, en contra de su deseo de supervivencia de zombis de nivel 0, demuestra que están usando lo poco de fuerza de voluntad que les quedaba para forzarse a seguir siendo humanos.
En algún momento sus mentes finalmente se harían pedazos y volverían a ser zombis de nivel 0 sin algún rastro de humanidad.
Con eso en mente, me acerqué al primer creyente y procedí a quitarle el colgante con la botella que contenía la Lágrima de Dios.
Ni siquiera mostró algún rastro de querer recuperarla.
Esto era señal de que había renunciado a su propiedad.
Una vez tuve en mis manos la Lágrima de Dios, tomé un hacha de mi bolso y procedí a cumplir con su último deseo.
Para que no fuera una molestia, dejé el cuerpo inconsciente de mi compañero de asiento en un rincón de la capilla.
'Resulta que este punk se había desmayado del miedo en algún momento'.
Dejando atrás a este inconveniente, uno tras otro empezó a disminuir la cantidad de zombis vivos en la capilla, hasta que no quedó ninguno.
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Nota: No escriban un diario.
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