—El aura ominosa había desaparecido. Noah incluso había logrado almacenar el cadáver mutilado de la Serpiente Eterna casi rango 7. La única conclusión posible era que la criatura ya no estaba viva.
—Noah no lo creía al principio. La Serpiente Eterna había vuelto de la muerte tantas veces que se sentía escéptico sobre su muerte real.
—Sin embargo, sus instintos pronto lo tranquilizaron, y el hielo parecía haber perdido el impulso que caracterizaba su comportamiento peculiar. La gigantesca estructura congelada había dejado de moverse y pronto cayó llevándose a Noah consigo.
—Las desventajas de su ambición comenzaron a afectar sus centros de poder. Noah se sintió débil, más débil de lo que había sentido en años. Esa batalla lo había drenado completamente, pero la materia oscura liberada por su agujero negro llenaba su cuerpo con una sensación refrescante.